QUIÉN SOY

Soy Leandro Howlin. Tuve la suerte de estudiar en la Escuela de Osteopatía Fulcrum, que incluye en su currículum tanto la parte más biomecánica (osteopatía estructural) como la más sensorial (osteopatía craneosacra y biodinámica) y, sobre todo, integrándolas bajo el lema de "la osteopatía es una sola".

En mi práctica clínica me fui dando cuenta de que donde más podía ayudar era en las áreas de dolores crónicos y enfermedades crónicas, y en afecciones con causas emocionales.

Hice estudios en las últimas teorías médicas del dolor (sobre todo la teoría de la neuromatriz, elaborada por el dr. Melzack en los años 70 y más difundida en los últimos años por los doctores Moseley y Butler).

Participé en clases, conferencias y charlas de grandes maestros de las ciencias médicas, osteopáticas y de la salud (Barral, Liem, Porges, Guimberteau, Stecco, Pilat, Haines, Maturana, Maté, Levine, van der Kolk, Kabat-Zinn).

Todo mi itinerario de aprendizaje (que nunca termina) me llevaron a desarrollar mi propia técnica para lidiar con dolores y enfermedades crónicas, que llamo Consciencia Somática, y que describo en mis libros. No es más que la actualización de la clínica y filosofía osteopáticas con nuevas concepciones del dolor y de los tratamientos psicológicos y neurocientíficos cuerpo/mente de trauma de los últimos años (Maté, Bakal, Levine, van der Kolk).

Soy también Licenciado en Filosofía y Licenciado en Sistemas, disciplinas que, aunque no parezca, aportan mucho a mi trabajo.

Viví diez años en otros países, así que si preferís podemos hacer las sesiones en español, inglés e italiano o alemán. 

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No todos los osteópatas son iguales.

Yo soy un fundamentalista de buscar la causa de lo que te molesta. Creo que el dolor o la molestia está ahí por algo, e intervenir sin investigar implica no sólo la posibilidad de que vuelva o aparezca en otro lado, sino que derrocha una oportunidad de cambio. El síntoma aparece para indicarnos que hay que cambiar algo, y lo que hay que tratar es siempre algo más profundo y trascendente que el síntoma mismo.

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Por eso...

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Si lo que querés es alguien que te realice ejercicios y movimientos para arreglar lo físico, probablemente te conviene ir a otro lado.
Mi idea es entender de dónde viene lo que te pasa para poder ir a la causa, porque no me gusta solo calmar el síntoma.

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Si querés que te suenen todos los huesos, tampoco soy el indicado. Si te hago sonar algún hueso, será probablemente uno solo, el que me parezca necesario, pero muchas veces no hago sonar ninguno.

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Si lo que buscás es alguien que te saque el dolor o la molestia en una sola sesión, quizás te convenga ir a otro lado. La primera sesión buscamos de dónde viene lo que te pasa, y la mayoría de las veces nos queda tiempo para hacer algún tratamiento, pero algunas veces una sesión no alcanza para entender, y las siguientes seguimos buscando. Tuve pacientes que en una sola sesión mejoraron, pero tuvieron suerte.

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Si estás buscando alguien que te quite el dolor, no soy yo. Yo no quito dolores, y tampoco curo a nadie. Creo que la sanación es un proceso interno, y es necesario que te involucres tanto en entender como en mejorar, y yo solo te acompaño en el proceso.

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Si tu idea es venir, dejarme tu cuerpo para que yo lo arregle, y pasarlo a buscar una hora después y que esté reparado, no es conmigo.

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Si querés entender qué es lo que te pasa, si estás dispuesto a involucrarte en tu sanación, si estás abierto a la oportunidad de cambio, si estás preparado para venir a varias sesiones para encarar un proceso de cambio, entonces sí. Capaz que es por acá.

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Mi objetivo cuando empecé a estudiar esto era ayudar a las personas que arrastran un problema de salud hace tiempo y no encuentran respuestas en los canales médicos habituales.
La mayoría de mis pacientes son personas que fueron a varios médicos pero no logran encontrar una solución. De hecho, si alguien me contacta contándome que tiene un dolor así y asá pero no fue al médico, le suelo decir que vaya primero al médico. Muchas personas me vienen a ver por dolores crónicos o enfermedades idiopáticas, incluso por problemas que no se suelen asociar a un tratamiento osteopático, como ataques de pánico o intestino irritable.
Por la misma razón, si alguien tiene un dolor más o menos reciente, o si solo busca una afinación genérica, o viene por prevención, prefiero que vaya primero a otro osteópata. Hay por ahí osteópatas más expeditivos que no hacen tantas preguntas, te hacen sonar todo y capaz que en una sesión te sacan el dolor. Si nunca fuiste a un osteópata, te recomiendo empezar con uno de ellos. 
La mayoría de los osteópatas que conozco son mejores que yo. Yo pregunto demasiado, soy lento, no sueno huesos y no curo nada. 
¿Y entonces para qué sirvo? Bueno, cuando los médicos no encuentran nada y otros osteópatas no resuelven, quizás te sirva alguien que pregunte más, que sea más lento, que no te suene nada. Y es probable que lo que necesites no sea alguien que te cure, sino iniciar un proceso de cambio.

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