Se lee a veces que la osteopatía es una pseudociencia, pero esto es insostenible.
En principio, la osteopatía es más una praxis que una ciencia, al igual que la ingeniería, la mecánica automotriz o la arquitectura. Todas estas disciplinas utilizan conceptos científicos de otras disciplinas, pero no son ciencias en sí mismas. Los conocimientos base de la osteopatía son la anatomía, la fisiología y la biomecánica, y de hecho casi todos los libros en que se basa su estudio son los mismos que en medicina o kinesiología (Testut, Rouviere, Sobotta, Guyton, Tortora, Miralles, Nordin). Hay, por supuesto, una parte de la osteopatía que se dedica a la investigación, y es esta parte la que podría ser juzgada en términos de ciencia/pseudociencia. Determinar si un artículo cumple o no con los requisitos del método científico es algo que se determina caso por caso. Pero es interesante notar que muchas de las investigaciones y teorizaciones provenientes de la osteopatía han sido adoptadas por la medicina tradicional (el trabajo sobre las fascias de Paoletti, la RPG de Souchard, las cadenas musculares de Busquet, etc.). Y también que muchas de las universidades de medicina ofrecen posgrados en osteopatía (pero no conozco ninguna universidad que ofrezca formación en terraplanismo). Una de las cosas que despierta recelo en la comunidad científica es el uso que hace la osteopatía de la palpación y la sensopercepción para el diagnóstico. Esta práctica despierta recelo porque es difícil de medir y de transmitir, y a quien no tiene desarrollada esta percepción le parece algo mágico o subjetivo. En este aspecto, el osteópata es como un enólogo, que puede detectar procesos de elaboración de un vino mediante un simple sorbo, o, para un ejemplo más cercano, como cualquier automovilista, que al conducir realiza los cambios de marcha de acuerdo a lo que siente en el cuerpo y no gracias a cálculos preestablecidos. Esta percepción se adquiere con la práctica, y es por eso que todas las escuelas de osteopatía dignas incluyen en su formación, además de las horas de estudio, cientos de horas de práctica.
